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Como
ya se ha indicado, a la aparición de tapones contribuyen hábitos inadecuados,
como el empleo reiterado de bastoncillos de algodón en el interior de
los oídos, o lavarse en exceso con jabones o champú, lo que da lugar a
la estimulación de la producción de cerumen.
También
es frecuente en las personas que se bañan en piscinas con frecuencia,
y que acaban padeciendo lo que se conoce como "oído de nadador", caracterizado
por un cuadro de picor intenso y una marcada propensión a las otitis infecciosas.
Como es obvio, esta alteración es más común en nadadores, buceadores y
jugadores de waterpolo, que tienen poco cerumen en los oídos debido al
frecuente contacto con el agua.
Asimismo,
los cambios en las glándulas de cerumen debidos a la edad hacen que el
cerumen tienda a secarse más rápidamente de lo normal, por lo que los
tapones de cerumen son más frecuentes.
Fecha
última Inserción/Actualización: 17/04/2013
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