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Cuando
los hongos atacan la piel provocando enfermedades infecciosas se produce
una micosis cutánea, causada por hongos de tipo levadura (cándida) y/o
por hongos de tipo moho (dermatofito).
Estos hongos viven en la piel, las uñas o el pelo y pueden multiplicarse
rápidamente. Los hongos que afectan al hombre, son fundamentalmente, mohos
y levaduras unicelulares. Se trata de plantas minúsculas o microscópicas
que viven parasitando los tejidos del organismo y se reproducen con cierta
rapidez.
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Las
infecciones causadas por organismos que son plantas microscópicas
llamados hongos del tipo moho, es lo que se denomina Dermatofitosis
o Tiñas. Estos organismos pueden invadir los tejidos superficiales
de la piel, las uñas y el pelo. Estos hongos causan picazón y desprendimiento
de escamas que aparecen y desaparecen ocasionalmente. |
Pueden
ocurrir en cualquier parte de la piel, aunque son más frecuentes en sus
partes más cálidas y húmedas. Entre los tipos más frecuentes de infecciones
provocadas por hongos pueden citarse el pié de atleta y el hongo de las
uñas, entre otras. Esta infección es muy contagiosa y se transmite tanto
por contacto directo como a través de zapatos, calcetines, duchas y piscinas.
Prevención
y Tratamiento
Dada
la particular resistencia de las micosis a cualquier tratamiento, la prevención
constituye una medida primordial para evitar las desagradables consecuencias
de este tipo de enfermedades. En verano, es necesario extremar las medidas
higiénicas, en particular lavarse los pies, se deben secar a conciencia
las zonas interdigitales. En cuanto al tratamiento, en el caso de una
micosis superficial, se lleva a cabo mediante la aplicación local de cremas
y lociones fungicidas; cuando la infección es extensa y resistente, el
médico puede prescribir la administración de antibióticos, como la griseofulvina,
entre otros.
Pies
y Hongos
Las
actividades propias del verano se traducen en un clima propicio para el
contagio y proliferación de las afecciones micóticas de
los pies.
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Cuando las
uñas estén demasiado expuestas a ambientes cálidos y húmedos,
bajo su borde externo pueden crecer y desarrollarse estos pequeños
organismos. Se puede sospechar de su presencia cuando las uñas
toman distintos colores: amarillas, grisáceas, color cafés o negras;
en ocasiones se vuelven frágiles, se rompen con facilidad, se
separan de su lecho y, entonces, la piel que la rodea se enrojece,
pica o se hincha.
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El
pie de atleta no sólo es la más frecuente, sino la que pasa
más desapercibida por una falta de desconocimiento por parte del
público en general.
El
crecimiento de los hongos en las uñas de los pies es capaz de afectar
a la circulación periférica y a la movilidad, exacerbar úlceras, especialmente
en pacientes diabéticos y, en casos extremos, mandar al quirófano a una
persona para que los cirujanos extirpen la uña afectada. La incidencia
de esta infección es muy frecuente es todo el mundo y afecta generalmente
a la población con edades comprendidas entre los 25 y los 60 años.
De
acuerdo con publicaciones de la Clínica Mayo en EE.UU., a medida que la
población envejece, las uñas adquieren grosor y crecen con mayor lentitud
volviendo a la persona más vulnerable a este tipo de infecciones.
Fecha
última Inserción/Actualización: 15/04/2013
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